En la campaña de 2023 de Javier Milei y su grupo político (o más bien “económico”) de “La Crueldad Avanza”, se prometió mucho y se cumplió poco. ¿Se acuerdan? Sueldos en dólares, que no se devaluaría, que el ajuste recaería sobre la casta política, que llegarían inversiones del exterior, que antes de subir un impuesto se cortaba un brazo, que la nafta no iba a subir, que el transporte no subiría, créditos hipotecarios a 50 años, cambiar el auto “de taquito” y tantas otras mentiras más.

Luego de dos años de gestión, lo que vimos es una estafa gigantesca al electorado. No sólo no se cumplieron esas promesas de campaña, sino que se hizo todo lo contrario: el ajuste sí recayó sobre el trabajador; al inicio de la gestión se lanzó una mega devaluación; los impuestos subieron más del 300 %; los salarios están estancados; se recortó presupuesto en salud; no hay control serio sobre la suba del combustible semana a semana. Pero como si todo esto fuera poco: todos los miércoles reprimen jubilados. A ver, lo digo de otra forma: porque estamos ya “acostumbrados” a ese concepto, tanto que no nos inmuta. Todos los benditos miércoles, le pegan a tus abuelos. ¿Entendés?

Se cagaron en los discapacitados con la excusa de pensiones “truchas”, pero a la Secretaría de Inteligencia del Estado (SIDE) se le asignó un presupuesto de 30 millones de dólares. ¿Qué loco, no? Pero lo realmente obsceno fue cuando intentaron tapar lo de Guillermo Spagnuolo y las coimas de su hermana Karina Milei… pero claro, pasa tan rápido que nos olvidamos.

Acá cabe hacerse una pregunta: si estas personas se meten con jubilados y discapacitados —que se supone son los de menor escala social, los más vulnerables— ¿qué nos espera a nosotros los demás? Vos, que estabas embroncado con el peronismo, como yo lo estuve en su momento: ¿pensás que yendo por el camino de la crueldad, la payasada y la fuga de dólares que nos presta el Fondo Monetario Internacional —y que sólo ven unos pocos mientras para los 47 millones de argentinos pasa de largo— en serio creés que esto va a cambiar? ¿No te suena al “plan platita” de los ’90? ¿O al mega canje que terminó en la crisis más importante de los últimos 30 años?

Pero lejos de hacer números —esas estadísticas las ves todo el tiempo en la tele— mi propósito es que esto se lo muestres a los que dudan, a los que todavía dicen “no voy a votar”, “voto en blanco”, “son todos iguales”. ¿Son todos iguales?

Te acordás en 2008: te ibas de vacaciones, cambiabas el auto, remodelabas la casa, te alcanzaba el sueldo, y teníamos instituciones fuertes como el Hospital de Niños Dr. Ricardo Garrahan, donde si tu hijo se enfermaba de algo grave, ni dudabas en correr a un hospital modelo del Estado, el mejor de América Latina. ¿Hoy? Miles de médicos, residentes, enfermeros renuncian porque no pueden vivir con el sueldo que les pagan. ¿De qué estamos hablando?

Pero tal vez eso no te llegue, porque no tenés hijos, o sobrinos, o hijos de amigos que quieras mucho. Entonces te cuento que después de las últimas elecciones quieren impulsar la reforma laboral en la que todos los derechos adquiridos —trabajo digno de 8 horas— pasaría a jornadas de 13 horas; el período de prueba de tres meses se extendería a un año; la indemnización en caso de despido, las paritarias, un salario acorde a la inflación… todo eso desaparece. Querido trabajador: si todo lo que te mencioné arriba no te alcanza, sé honesto: ¿te sobra mucho mes para el sueldo que cobrás hoy? El día 15 ya es fin de mes para el 80 % de los argentinos.

Tal vez seas un emprendedor: abriste con ilusión una cafetería, un kiosco, un almacén, una casa de ropa. ¿Cuánto subieron tus ventas en estos últimos dos años? Bajaron casi un 60 % (aproximadamente) y, sin embargo, no te indigna que los políticos tengan un sueldo millonario; que Caputo, Sturzenegger y Milei favorezcan a los grandes capitales. No te jode que tengamos un presidente que envió el Tesoro nacional en dólares a Inglaterra. No te molesta que mientras vos no llegás a pagar tus cuentas, el presidente de la Nación haga una parodia en el Movistar Arena creyendo que es una estrella esquizofrénica de rock. ¿No te jode que tengamos un jefe de Estado que odie al Estado Argentino y le bese los pies a Trump? Decime, amigo, amiga: ¿cuántas veces viste a ese presidente besar la bandera argentina y cuántas la de Israel?

Si nada de esto te jode —la violencia que ejercen contra el pueblo argentino, la libertad de que los buitres no solo saqueen un país, sino que lo empobrecen, y no solo eso, sino que nuestro mandatario se burle de un niño autista— entonces votá la crueldad. Pero hacenos el favor: después no le eches la culpa al peronismo. Porque con todas las diferencias que podamos tener, con el peronismo siempre se comió, se educó, se respetaron las instituciones públicas que hicieron grande este país.

Este domingo, a la crueldad le podemos poner un freno, y volver a soñar con reconstruir una patria grande, como la que vivieron nuestros abuelos.