En estas líneas venimos reflexionando sobre algunos aspectos generales de la ética y la estética que rodea a Milei. Decíamos, entonces, que se trata de un grupo de marginales con delirio místico, que al calor de la frustración de gran parte de nuestro pueblo, montado sobre 8 años de ver empeorar su situación material día a día, logró interpretar, canalizar y exteriorizar el odio a la clase política. 

Pero una cosa es destilar odio por la televisión y otra cosa es gestionar una nación. La devaluación salvaje que decidieron hacer la primera semana, luego de haber asumido, generó una disparada de la pobreza, que pasó de 40 % a cerca del 60 %. Como todos sabemos en la Argentina, y nadie necesita que un economista se lo explique, una devaluación implica aumentos de precios y caídas de los salarios reales; y, de rebote, una redistribución de recursos hacia los sectores que cobran sus ingresos en dólares (exportadores).

Pero para decirlo de una vez, sin redundar en lo que se vio en diarios y televisión durante toda esta semana, esos galpones con comida que se pudre y esos merenderos sin leche para los pibes, constituyen la muestra más cabal de la insensibilidad y la falta de empatía, el dogmatismo y el odio a los sectores populares; pero no solo eso, también constituye un delito por el cual deberán explicar y (no tengo dudas) pagar.

Aclaración. En las sociedades que soñamos y por las que militamos, los pibes y las pibas meriendan y comen en casa, con la familia, eligen lo que quieren comer, cuándo y a qué hora. Y comparten la mesa familiar, con la composición de la misma que cada uno elija. No romantizamos ir a comer a un comedor o a un merendero. Cada vez que abre un merendero es una derrota política, son más los pibes que no tienen para comer. De lo que no hay dudas, es que en un país donde más de la mitad de los niños son pobres es necesario y urgente que existan, y es deber del Estado acompañar esos dispositivos que, en última instancia, contienen la bronca (necesidad) del hambre.

El dogmatismo, la insensibilidad y el desinterés del gobierno quedaron expuestos cuando Milei, hablando de externalidades (!!), dijo que el hambre es una externalidad negativa, y que, como en el resto de las externalidades, el Estado no debe hacer nada para resolver. Y cada persona podrá encontrar las herramientas para no morirse de hambre. Ahí tenemos el fundamento teórico de por qué dejan pudrir comida en un galpón mientras hay niños con hambre. Más temprano que tarde, el pueblo demandará estos hechos de barbarie y abandono.

El negocio de Galperín (con la nuestra)

Mientras esto sucede, del otro lado de la pirámide del ingreso, el empresario más grande de la Argentina, radicado en Uruguay para no pagar impuestos, evasor serial y fundamentalista de Milei (también fue militante de Macri) sigue viviendo de la nuestra. Entre 2022 y 2023, Mercado Libre recibió del Estado 119 millones de dólares en diferentes conceptos, como excepciones impositivas, de la seguridad social y otros beneficios. 

Al tipo de cambio de hoy, podemos decir que Galperin se quedó en dos años con 1.893.181 programas Potenciar Trabajo. Esos que tanto molestan a algunos. Es decir, algo así como 78.000 programas Potenciar Trabajo por mes. Si quieren buscar por qué falta comida en los comedores, miremos también un poco quién se está llevando la nuestra. Como dicen ahora, estos beneficios que le pagamos entre todos al empresario más rico del país, sale del IVA de la leche de los niños de nuestras provincias del norte.

En los países con sistemas impositivos “normales”, aquellos que más tienen aportan más que el resto, y el Estado tiene la obligación de redistribuir esos recursos para igualar oportunidades. Algo muy básico, muy lógico, que hoy en la Argentina se discute, pero mientras tanto le seguimos bancando el negocio a Marcos Galperín, que se la lleva toda a Uruguay para no pagar impuestos. Como dijo Cristina, parece evidente que Mercado Libre ya cumplió la mayoría de edad y es hora de que deje de prenderse de la teta del Estado.

Galperin se quedó en dos años con 1.893.181 programas Potenciar Trabajo

La operación del perro

Por último, esta semana reapareció Gines Gonzales García. Ginés es un sanitarista prestigioso, una persona con una trayectoria reconocida en propios y ajenos. Desbarató el negocio de los laboratorios con la ley de genéricos, beneficiando a millones, entre otras muchas cosas. Verbitsky decidió arruinarle la vida en medio de la pandemia. Uno nunca sabe los motivos por lo que Verbitsky opera, pero siempre lo hace. La realidad es que le arruinó la vida a un compañero y desestabilizó un gobierno en un momento delicado. 

Hoy sigue operando y dando clases de moral y de ética política. Particularmente, está enfocado en perjudicar la carrera y el crecimiento del gobernador de la Provincia de Buenos Aires. La persona que es la esperanza de toda una generación. Todos sabemos cuáles son las razones por las que baila el mono. No deben ser muy distintas las causas por las que baila.