Militamos porque entendemos que la sociedad se basa en pilares que reproducen desigualdades.

Militamos porque queremos una transformación política, económica, social, cultural y espiritual.

Militamos las 24 horas del día porque queremos transformar el lugar donde estudiamos, donde vivimos, donde nos vinculamos y donde trabajamos. Queremos transformar nuestros vínculos, nos queremos transformar. Queremos transformar a las personas que van a transformar el mundo.

Porque siempre militamos, y porque aprendemos de las historias de los que militaron antes, entendemos que nuestra lucha a veces avanza y a veces retrocede. A veces avanzamos y a veces resistimos. Sabemos que esa es nuestra lucha, hasta el fin de nuestros días.

Sabemos que a veces somos muchos peleando y a veces quedamos menos. Pero siempre peleamos.

No nos desmotivamos, porque comprendemos la naturaleza histórica de nuestra lucha. No nos deprimimos, porque nuestras frustraciones las canalizamos entre compañerxs. Y no nos rendimos, porque sabemos que muchxs nos necesitan.

Militamos porque cuando lo hacemos transformamos y nos transformamos. Militar es un proceso solidario, una inversión de tiempo para el conjunto, pero fundamentalmente es un proceso que nos cambia internamente.

La militancia no es una dimensión más de la vida. “Ahora estoy militando, ahora no estoy militando”: NO. Se vive de manera militante: con la militancia transformadora podrás ser mejor padre, mejor hijo, mejor profesional, mejor trabajador, mejor compañero. Un militante se desarrolla como ser humano. Porque el militante desarrolla una ética política que es una ética de vida.

Si no es así, probablemente no sean militantes sino burócratas. Y como al militante lo mueve la transformación de las estructuras con arraigo en las masas, no hay otra posibilidad que ser peronista.

Feliz día del militante peronista!