No existe expresión más contraria a la idea de Libertad que la prohibición.
¿De qué libertad habla un Presidente que solo sabe prohibir? ¿De la libertad de poder reírse de las personas con Síndrome de Down? ¿De la libertad de fomentar el abuso sexual infantil? ¿Libertad de promover la violación grupal? ¿De la libertad de que un relator le diga “gordo” a un deportista, mientras relata un partido sintonizado por miles de televidentes? ¿La libertad de impulsar prácticas discriminatorias? Al disolverse el Inadi parece que los instintos más rudimentarios de algunos, empiezan a tener lugar en el discurso cotidiano.
Ayer, al presidente se le ocurrió prohibir el lenguaje inclusivo y la perspectiva de género en la administración pública.
Vamos por partes. La ley Micaela N.º 27499, promulgada el 10 de enero de 2019, establece la capacitación obligatoria en género y violencia de género para todas las personas que se desempeñan en la función pública, en los poderes Ejecutivo, Legislativo y Judicial de la Nación. Esta ley intenta promover la perspectiva de género en todxs lxs agentes del Estado, y va más allá de la utilización de la letra “e”, “x”, “@”, o lo que sea. Tiene que ver con un modo de entender la configuración de la organización social y de las relaciones de género, e incide sustancialmente en el ejercicio pleno de los Derechos Humanos de todas las personas.
Por otro lado, el uso del lenguaje inclusivo parte de la premisa de que aquello que no se nombra no existe. Durante mucho tiempo -y aún sigue sucediendo- se utilizó el masculino para generalizar. Esto no sólo invisibiliza al género femenino, sino también, a la infinita diversidad de géneros que puede existir en el mundo. No nos olvidemos que también tenemos en Argentina, una Ley de Identidad de Género (n.º 26.743). Esta ley fue sancionada el 9 de mayo de 2012 y es una medida pionera en el mundo, ya que reconoce el derecho de las personas a ser inscriptas en su DNI acorde con su identidad de género. Esta ley es resultado de la lucha colectiva que permite construir una sociedad más justa, con más derechos, igualdad e inclusión. Cada persona, en su singularidad, tiene derecho a ser nombrada como elija, como quiera o como sienta, en cada minuto de su vida.
¿De qué libertad habla un tipo que, como representante del poder Ejecutivo, avasalla constantemente las leyes de nuestro país?
Todo esto deja en claro -como ya mencionamos en varias oportunidades- que no vienen solo por nuestra Patria, nuestros recursos naturales, nuestros derechos, nuestra comida y nuestra dignidad. Vienen a dar una batalla cultural.
No quieren un pueblo unido, le tienen miedo a la fuerza de lo colectivo, nos quieren enfrentadxs, enojadxs. Por eso, se la pasan fomentando la violencia desde las redes sociales. Como Pueblo no podemos retroceder en materia de derechos. Lo conquistado debe ser defendido.
Estamos en contra de la violencia, del odio y de la discriminación. No queremos un presidente que mintió vendiendo un discurso de Libertad, cuando de la única libertad que hablaba era de la libertad de prohibirnos todo. Vamos a desobedecer todo. Porque estamos a favor de la diversidad, de los vínculos amorosos, de la inclusión, de la Patria y de lo colectivo.