Un nuevo capítulo de esta triste y descabellada historia. Resulta difícil poner en palabras cuando la realidad supera a la ficción, cuando lo que sucede es inconciliable e inconcebible. En reiteradas oportunidades se habló sobre la importancia de proteger a las infancias y a las adolescencias. Desprotegidas, indefensas, cambiantes.

La Secretaría de Niñez, Adolescencia y Familia de la Nación se presenta bajo la misión de mejorar la calidad de vida y las oportunidades de las familias “cuidando” a los niños y niñas durante la primera infancia. Hablan de la seguridad de acceso a la alimentación y de la promoción de la inclusión de familias en situación de vulnerabilidad. 

En el portal del Ministerio de Capital Humano se pueden leer las propuestas dependientes de la Secretaría, que tienen que ver con la promoción y protección de derechos de niños, niñas y adolescentes; la construcción de entornos sociales amorosos y protectores; diferentes alternativas para la primera infancia y prevención del grooming, entre otras. 

En este caso, se puntualiza en la adolescencia. Para el Psicoanálisis, en la adolescencia aparece algo nuevo frente a lo cual el sujeto no tiene respuestas. El término adolescencia implica crisis. Les adolescentes debe inscribirse en un nuevo discurso, aparece un agujero en el saber que pone en cuestión los ideales de la familia. Deben inventar una nueva lengua, establecer nuevos vínculos, alianzas y encuentros. Deben separarse del discurso familiar, pero, mientras lo hacen, se encuentran en un intervalo donde pierden puntos de referencia. Hacen uso de la lengua para poder nombrar lo real que encuentran y, de este modo, van construyendo lazos y vínculos para manejar la soledad existencial con la que deben lidiar. 

La adolescencia es un tiempo de fragilidad en el que, ante la búsqueda de nuevos objetos para amar -distintos a la familia- se corre el riesgo de caer en trampas. Es necesario pensar el “estar adolescente” no solamente como ligado a los cambios biológicos o a la pubertad, sino también, considerando una complejidad de factores que lo atraviesan y lo constituyen.

Es allí, donde, aquellos que saben mucho sobre subjetividad, encuentran el punto exacto para generar algo. Crisis indica posibilidad, por lo tanto, sería un momento clave. El tema es, ¿al servicio de qué intereses se pone el conocimiento? En este caso, al servicio de los poderosos. Es por eso que nos encontramos atravesando un momento delicado en cuanto a diferentes problemáticas como el suicidio adolescente -del cual se hablará en otra oportunidad-, y los consumos problemáticos. Entre ellos, el consumo problemático de apuestas en línea. 

La Organización Mundial de la Salud (OMS) considera la adicción al juego como una enfermedad e incluye en esta problemática a los “juegos digitales” o “videojuegos”. En Argentina, la regulación de las apuestas online y el juego, es competencia de cada provincia y de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. Sin embargo, existen normativas y marcos legales comunes.

Una de las primeras medidas que se tomó, ante la emergencia de esta problemática, es la prohibición del uso del celular en la escuela. Así, las instituciones educativas se liberan de intervenir ante una problemática más, y, lo que pasa en casa, queda en casa. Es verdad que la escuela ya no puede seguir conteniendo la cantidad de emergentes que se presentan en un contexto de vulneración económica y social tan extrema como la que está atravesando la sociedad argentina. Es hambre, es violencia, es abuso, es consumo problemático… enseñar y aprender. 

Como bien se mencionó, la adolescencia es una etapa compleja. Por eso no resulta fácil abordarla, ni encontrarle la vuelta. Pero, así como hay estudiosos al servicio del poder, también hay muchos más al servicio de los pibes y las pibas, del bien común, de los lazos, la construcción colectiva y el amor. Pero nuestros dirigentes prefieren que un ex CEO de una empresa de apuestas online, sin ningún tipo de preparación en la materia, asuma la Secretaría de Niñez, Adolescencia y Familia. 

A cualquier ciudadano, mínimamente, se le solicita un CV para ser tenido en cuenta en cualquier puesto de trabajo, ya sea en el ámbito público o privado. A su vez, es necesario que los antecedentes laborales y la formación académica sean acordes al puesto para el que se postula. Eso, para cualquier ciudadano, claro. Hablemos de la casta entonces. Obviamente, esta selección no amerita análisis. No existe posibilidad de realizar tal análisis, más que entender que se trata de una provocación. El mensaje que se le está dando a la sociedad, entre líneas, pero con letra grande, es el siguiente: NO NOS IMPORTA NADA. NI LOS PIBES, NI LAS PIBAS, NI SUS DERECHOS, NI LA COMIDA. SOLO NOS IMPORTA EL MERCADO. AUMENTAR LAS GANANCIAS DE LOS PODEROSOS A CUALQUIER COSTO, INCLUSO LA VIDA DE NIÑOS/AS Y ADOLESCENTES. 

Ya se había mencionado sobre esto cuando dejamos de saber sobre la vida de Loan. Un nuevo capítulo de la misma historia. Lo más preocupante es el silencio de quienes avalan este modelo de país con su voto ¿Cómplices? ¿Testigos? ¿Víctimas?